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Cuando sólo se elevan las mamas, sin reducir significativamente el volumen, hablamos de mastopexia.
El tamaño o volumen que alcanzan las mamas en su desarrollo depende de varios factores y no todos ellos son conocidos, siendo importante el factor hereditario.
En algunas mujeres, las mamas de tamaño excesivo llegan a producir verdaderos problemas de salud, aparte de los propiamente estéticos, tales como erosiones cutáneas o incluso heridas por rozadura en los hombros ocasionados por la presión de los tirantes del sujetador, dolores de espalda, de cuello o de hombros, eczemas en surcos submamarios por acúmulo de sudor en esa área.
La finalidad de la mamoplastia de reducción es proporcionar a la mujer unos pechos más pequeños y con una forma más proporcional al resto de su cuerpo.[/toggle][toggle title=»Valoración inicial» open=»no»]Durante la primera consulta, evaluaremos el tamaño y la forma de las mamas, la firmeza de la piel y su estado general de salud.
Se realizará además una exploración de las mamas y en algunos casos se solicitará un estudio mamográfico.
Se le explicarán las distintas técnicas quirúrgicas, se discutirá el tamaño y la forma que tendrán su mamas y las opciones o la combinación de procedimientos que sean mejor para usted.
Le mostraremos las alternativas disponibles para su problema, con los riesgos y limitaciones de cada una de ellas. También se le explicará cuál es el tipo de anestesia que se empleará, la necesidad o no de ingresar en la clínica donde se realice la cirugía y los costes de la intervención.
No olvide contar si es fumadora o toma alguna medicación o vitamina, el número de embarazos previos y si piensa volver a quedarse embarazada o dar de mamar. No dude en preguntar cualquier cuestión que se plantee, especialmente aquellas relacionadas con sus expectativas sobre los resultados.[/toggle][toggle title=»Procedimiento: en qué consiste» open=»no»]La cirugía de reducción mamaria se realiza en un quirófano, dentro de una clínica u hospital. Suele ser preciso el ingreso, dándose el alta al día siguiente.
La cirugía se realiza bajo anestesia general, permaneciendo el paciente dormido durante la operación. Consiste en la extirpación de parte de la glándula y piel que sobran de la mama. Esta extirpación debe realizarse, por supuesto, de forma tal que permita remodelar de nuevo la mama, para darle una forma lo más estética posible.
Una reducción mamaria dura entre 3 y 4 horas, aunque en determinados casos puede alargarse. Existen diversas técnicas, pero generalmente las incisiones tienen forma de ancla colocándose alrededor de la areola, en una línea vertical hacia abajo desde la areola y en una línea horizontal en el surco que hay debajo del la mama, resultando en una T invertida.
A través de estas incisiones se extirpa el exceso de piel, grasa y tejido mamario y se recoloca la areola y el pezón en su nueva posición; en algunos casos se puede asociar liposucción.
Estas, son visibles cuando la mujer esta desnuda, pero son fáciles de ocultar con el sujetador o con un biquini de reducido tamaño. No hay cicatrices en el área del escote. Las cicatrices mejoraran con el tiempo, sobre todo la vertical que quedará muy atenuada.
Cuando la reducción no es muy grande, se pueden realizar técnicas que reducen la longitud de la cicatriz horizontal, incluso hasta anularla.
Para recolocar el complejo areola-pezón en una posición más elevada, es necesario separarlo parcialmente del tejido mamario que lo rodea, dejando únicamente un puente o pedículo de tejido para proporcionarle el riego sanguíneo y la inervación. El grado de separación necesario, depende del tamaño de la mama y del grado de ptosis (caída) que esta tenga. Esta separación de los tejidos es la que provoca la pérdida de sensibilidad y la incapacidad para la lactancia, que pueden ser mínimas o inexistentes en casos leves, pero prácticamente totales, en los casos de mamas muy grandes o muy caídas.
Tras la cirugía se colocan unos tubos de drenaje, que se retirarán antes del alta y un sujetador.[/toggle][toggle title=»Qué esperar después del tratamiento» open=»no»]Tras la cirugía de mamas es normal encontrarse algo cansada unos días, pero podrá hacer vida casi normal a las 24-48 horas. La mayoría de las molestias se controlan bien con la medicación prescrita, aunque las mamas pueden tener molestias leves un par de semanas.
Es frecuente que existan cardenales y cierta hinchazón en el período postoperatorio. Es normal tener una sensación de ardor en los pezones durante las dos primeras semanas. Tras la reducción puede ser normal tener una disminución de sensación en los pezones; esta situación es generalmente temporal, excepto en algunas reducciones que puede ser definitiva. Deberá llevar un sujetador especial en el postoperatorio durante 3-4 semanas.
Los puntos son absorbibles, no teniendo que ser retirados. El edema no cede completamente hasta las 3 ó 6 semanas.
Las cicatrices resultantes de esta cirugía pueden en ocasiones hacerse abultadas o anchas, siendo conveniente, en estos casos, realizar un ajuste y escisión de la cicatriz, con anestesia local.[/toggle][toggle title=»Recomendaciones» open=»no»]Tras una reducción mamaria podrá volver al trabajo en 2 ó 3 semanas, aunque en pocos días podrá hacer vida casi normal. Debe limitar las actividades físicas fuertes durante unas semanas, hasta que se recupere de la operación.
Durante 1 ó 2 semanas es conveniente evitar las relaciones sexuales para que no se inflamen las incisiones. Durante 3 ó 4 semanas evite el contacto físico intenso de las mamas y el deporte.
Es normal que aparezcan pequeñas costras o un poco de líquido a través de las incisiones.
Las cicatrices deberán estar tapadas, y aunque al principio son muy evidentes, con el paso del tiempo se irán haciendo menos visibles.[/toggle][toggle title=»Algunas preguntas frecuentes» open=»no»]¿Hay algún problema si después de la intervención me quedo embarazada?
Con la mayoría de las técnicas quirúrgicas que empleamos, una mujer puede quedarse embarazada y dar de mamar a su hijo, a pesar de habérsele realizado una mamoplastia de reducción. No obstante, en los casos de reducciones grandes, puede ser necesario recurrir a otras técnicas quirúrgicas que modifican la función de la mama e impiden la lactancia definitivamente.
La mama, a pesar de haberse realizado una operación de reducción y/o elevación, continúa su envejecimiento como una mama no operada, y por tanto el embarazo provocará también, las modificaciones propias de este estado, pudiendo quedar después con signos de flaccidez.
¿Quién es el candidato ideal para someterse a una reducción de mamas?
La reducción de mamas se realiza generalmente para aliviar un problema físico, más que por motivos puramente estéticos. Muchas mujeres que se someten a esta intervención están preocupadas por el excesivo volumen de su pecho que interfiere con muchas actividades y causa molestias físicas. En la mayoría de los casos se espera hasta que el pecho se haya desarrollado completamente, aunque puede realizarse antes si los problemas físicos son muy importantes.
¿Existen riesgos? ¿Hay garantías?
La cirugía de reducción de las mamas es una técnica segura, siempre y cuando sea realizada por un cirujano plástico cualificado. Sin embargo, como en cualquier operación siempre pueden existir complicaciones y riesgos asociados.
La reducción mamaria dejan cicatrices permanentes y visibles, aunque disimulables bajo el sujetador o el bikini. Los problemas de cicatrización son más frecuentes en fumadores. Algunos pacientes pueden experimentar una disminución parcial, y en ocasiones, total de la sensibilidad del pezón. Tras una reducción puede verse afectada la capacidad de dar de mamar.
¿Cuándo se alcanzará el resultado definitivo?
Es importante recordar que tras una reducción las cicatrices son importantes y permanentes, aunque su cirujano plástico hará lo posible por que se noten lo menos posible. Con el tiempo, las cicatrices irán notándose menos.
Tras una reducción mamaria pasarán unos meses hasta que sus mamas adquieran el aspecto definitivo; aún así, las mamas cambiarán ante los estímulos hormonales normales, el embarazo o los cambios de peso. Puede necesitar algo de tiempo hasta acostumbrarse a su nueva imagen corporal. Si sus expectativas son realistas usted estará muy satisfecha con el resultado de la reducción de mamas.
¿La macromastia (mamas muy desarrolladas) y la hipertrofia virginal son diferentes?
La hipertrofia virginal (o juvenil) es un padecimiento relativamente raro que se ve en las mujeres prepúberes y púberes. La patología está limitada a las mamas y conduce a una gigantomastia (mamas gigantes) bilateral o unilateral. El tratamiento es quirúrgico, aunque a menudo hay recurrencia de la enfermedad, y en algunos casos el tratamiento con citrato de tamoxifeno ha tenido éxito. Se ha sugerido la sensibilidad excesiva local a los estrógenos puede como causa.
¿A qué edad debe practicarse la reducción mamaria?
Idealmente se debe esperar a que la mujer alcance su maduración mamaria completa, varios años después del inicio de la menstruación. Sin embargo, si las mamas de tamaño excesivo interfieren con las actividades de la paciente y su autoestima , el procedimiento puede practicarse antes. Tanto ella como su familia deben comprender que puede ser necesario repetir el procedimiento si las mamas siguen creciendo, así como el grado de cicatrización y las posibles pérdidas de sensibilidad y de capacidad de lactar.
¿Es posible la lactancia después de la reducción mamaria?
Sí, dependiendo de la técnica. Obviamente, los procedimientos que dejan la glándula fija al pezón tienen mayor posibilidad de preservar la capacidad de amamantar. Sin embargo, aquellas técnicas que precisan separar la glándula del complejo areola -pezón y por tanto seccionan una cantidad variable de conductos galactóforos probablemente dificultarán o impedirán la lactancia.
¿Están satisfechas las pacientes tras una mamoplastia de reducción?
Tras este tipo de cirugía las pacientes tienen gran satisfacción a largo plazo, a pesar de las cicatrices. En la mayoría de los estudios, más del 95% de las pacientes se someterían nuevamente a la cirugía y la recomendarían a otras personas. Las pacientes están más cómodas al comprar ropa y hacer ejercicio y se sienten mejor con su imagen.
¿Cuál es la incidencia de cáncer mamario oculto en las muestras de reducción?
La incidencia general de tumores hallados en el tejido extirpado tras una mamoplastia de reducción es en torno al 0,4%, una parte de los cuales se detectan en las pruebas de imagen previas a la intervención, otra parte durante el procedimiento quirúrgico al observar zonas de tejido sospechosas y el resto al realizar el estudio anatomopatológico rutinario del tejido extirpado después de la cirugía.
¿Cuáles son las complicaciones más comunes de la reducción mamaria?
-Asimetría.
-Extirpación insuficiente o excesiva del tejido.
-Forma inadecuada.
-Cicatrización deficiente o retardada, especialmente en fumadoras o personas con tratamiento crónico con corticoides.
-Cambio en la sensibilidad del pezón y la areola.
-Infección, más probable en diabéticas.
-Pérdida parcial o total del pezón.
-Necrosis grasa.
¿En qué consistiría la reducción mamaria ideal?
En lograr una mama con una forma atractiva, preservando la sensibilidad y la capacidad de dar lactancia, con buena supervivencia del tejido y cicatrices mínimas.[/toggle][/accordian][/two_third][/fullwidth]
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