Una de las patologías en las que se ha demostrado la gran efectividad del bótox es la sudoración excesiva o hiperhidrosis.
La hiperhidrosis es una patología en la que se produce sudoración excesiva, aunque no existan los estímulos que habitualmente nos hacen sudar: como, por ejemplo, el calor o la realización de ejercicio físico. Estas situaciones son las que producen, de forma natural, que la descarga nerviosa aumente la temperatura de nuestro cuerpo, siendo necesario liberar calor a través del sudor para que se refresque la piel debido a la evaporación. El principal objetivo de la sudoración normal, por así decirlo, sería regular nuestra temperatura corporal.
Sin embargo, las personas que sufren hiperhidrosis sudan en exceso, debido a un fallo localizado en su sistema nervioso simpático. Y no solamente a través de la zona axilar. Sino a través de otros puntos del cuerpo, generando esto una grave incomodidad en su día a día.
Estos pacientes presentan una sudoración en exceso tanto en la región facial como a nivel axilar, o incluso en las palmas de las manos o en las plantas de los pies. Aunque no es una patología totalmente incapacitante, son pacientes que debido a este problema tienen ciertas alteraciones en las relaciones sociales, se sienten incómodos y no consiguen desenvolverse con naturalidad en el contexto social. Además, si tenemos en cuenta que la sudoración aumenta con circunstancias que generan nerviosismo o ansiedad, podemos hacernos una idea de la escala de esta problemática.
¿Qué tratamientos existen para tratar la hiperhidrosis?
Las personas que sufren hiperhidrosis acuden a todo tipo de tratamientos, empezando por tratamientos tópicos como las cremas antitranspirantes. Y siguiendo por tratamientos orales que puedan frenar esta sudoración, pero que producen efectos secundarios desagradables como la boca seca. También existen cirugías dirigidas a seccionar los nervios que estimulan la producción de sudor a través de la glándula sudorípara, pero también pueden tener como efecto secundario una sudoración compensatoria en otras zonas distintas a las zonas que se están tratando. De modo que no terminaríamos de erradicar el problema. Frente a todos estos tratamientos, destacan las grandes ventajas de la utilización de toxina botulínica.
¿Cuáles son las ventajas del tratamiento de la hiperhidrosis con bótox?
La utilización de toxina botulínica: un tratamiento efectivo, ambulatorio, poco doloroso, poco invasivo y con pocos efectos secundarios. De modo que hablamos de la solución ideal para acabar con la sudoración excesiva en este tipo de pacientes.
Su única “desventaja”, entre comillas, es que es un tratamiento temporal. Puesto que la toxina botulínica es reversible, y sus efectos no van a durar más de seis meses. Pero el tratamiento puede repetirse en el tiempo, para conseguir los resultados deseados.
¿Cada cuánto tiempo hay que aplicar el bótox?
El bótox puede aplicarse en cualquiera de las zonas en las que tenemos un exceso de sudoración. Fundamentalmente en consulta lo hacemos a nivel axilar, evitando así los molestos y obvios cercos en camisas, blusas, camisetas y vestidos.
Puede realizarse dos veces al año, si queremos mantener totalmente sin sudor esa zona. O realizarlo una vez al año, que es lo que hacemos con mayor frecuencia, ya que este problema de sudoración aumenta en los meses de verano, cuando además la exposición es mayor: la problemática del exceso de sudor queda a la vista de todo el mundo.
Generalmente aplicamos las inyecciones de toxina botulínica en estos pacientes en primavera, y con esto conseguimos que aguanten perfectamente hasta el otoño. Además, también es muy interesante destacar que el nivel de sudoración, después del tratamiento y cuando pasan los efectos, nunca va a ser igual que el que tenían de base. Siempre se reduce. Esto conlleva que en la gran mayoría de las ocasiones los pacientes puedan aguantar el invierno perfectamente y volver a aplicarse el bótox en la primavera siguiente.
Procedimiento: ¿en qué consiste este tratamiento de la hiperhidrosis?
El tratamiento se aplica de forma ambulatoria en consulta. Es indoloro, se utilizan unas microagujas, a través de las cuales la toxina botulínica se inyecta subcutáneamente. Antes de aplicar la inyección, enfriamos la zona con hielo. Incluso se puede poner un poco de anestesia tópica si el paciente es muy sensible, aunque normalmente ni siquiera es necesario. De esta forma, la inyección de toxina botulínica se diluye para repartirse por el área que queremos tratar.
La efectividad del tratamiento se nota a partir del cuarto día. Y el paciente percibirá, simplemente, que de forma progresiva en los días siguientes esa zona, antes problemática, ha dejado de sudar. Incluso cuando lleva a cabo el mismo tipo de actividades que antes le provocaban un exceso de sudoración tremendamente molesto.
Generalmente algunos pacientes vienen un poco asustados porque desconocen cómo funciona el tratamiento. Pero una vez lo prueban siguen repitiendo año tras año, porque para ellos esto supone una gran mejoría en su calidad de vida, y pueden relajarse y pasar el verano sin estar pendientes de si manchan o no de sudor la ropa.
Si la sudoración es un grave problema para ti y te incomoda hasta el punto de no estar a gusto en tus actividades sociales ni poder disfrutar plenamente del verano, ponte en contacto con nosotras. En consulta evaluaré tu caso de forma personalizada, ofreciéndote el mejor tratamiento.